Retablo de San Fabián y San Sebastián
Cuando cada 20 de Enero acudimos los de Radiquero en romería a la ermita de San Fabián y San Sebastián, nada nos hace pensar que entre sus austeros muros existió una joya artística que hoy sería objeto de estudio y admiración.
Lamentablemente la fotografía que aquí mostramos, en blanco y negro, es el único testimonio conservado sobre el aspecto que tuvo este retablo, ya que fue destruido durante la Guerra Civil, en el año 1936.
Es la primera vez que sale a la luz esta fotografía, conservada en el Archivo Mas, en Barcelona.
Esta fotografía fue realizada en el año 1917 por una expedición de investigadores catalanes, que recorrieron las aldeas altoaragonesas fotografiando los tesoros que escondían sus viejas iglesias y ermitas.
Esta pieza consiste exactamente en un retablo pintado al temple de huevo sobre tabla, dedicado a los santos titulares y realizado por el maestro Pedro García de Benabarre en la segunda mitad del siglo XV.
Ricardo del Arco, en su obra ‘Catálogo monumental de España. Huesca’ lo describe así:
En la tabla central, hállase San Fabián con manto que arrastra en el suelo, atributos papales, pahua del martirio y halo de santidad; a su lado (derecha del lector), afrontado’a él, lá joven figura de San Sebastián se cubre con rica túnica hasta debajo de las rodillas. Con la mano derecha sostiene una flecha, con la izquierda un arco. En la cabeza, gorro, melena y corona de santo.
Sobre estas figuras, la crucifixión, con una persona a cada lado; una de ellas la Madre de Dios.
En la tabla lateral izquierda: arriba, martirio de San Fabián (supongo), atado a un árbol, semidesnudo y al cual golpean con piedras o quizá con mazos, dos sicarios de horripilante aspecto. Abajo, la Virgen sedente, rodeada de los apóstoles (apóstoles, «a mi corto conocimiento»).
Tabla lateral derecha: arriba, martirio de San Sebastián (seguro); abajo, ¿la dormición de la Virgen?
En la predela, cinco compartimentos con escenas que no me atrevo a interpretar. El central «parece» representar la Resurrección del Señor.
Su autor nació en esa localidad ribagorzana y allí desarrolló parte de su carrera profesional como pintor, al igual que en Zaragoza, Barcelona y Lérida. Llegó a colaborar con Juan de Abadía, del que se conserva el retablo dedicado a Santa Quiteria en la Colegiata de Alquézar. Por lo general, las obras de Pedro García fueron realizadas con una «técnica mixta a base de temple con veladuras al óleo» y un estilo caracterizado por la «libertad, pictoricismo y concesión a la rápida impresión visual».

Otra posibilidad sería que el retablo formara parte de los ornamentos litúrgicos que poseía la iglesia parroquial románica de Radiquero, antecesora de la actual que fue edificada a finales del siglo XVI.