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Relato de como se celebraban las fiestas de Radiquero a principios de siglo XX, de Ángel Nasarre

Repasando diarios de la época, buscando documentación sobre otros asuntos, me he encontrado con un par de noticias publicadas en el Diario de Huesca en sus ediciones del 26 de agosto de 1909 y 24 de agosto de 1924. Ángel Nasarre.

La segunda crónica se hace eco de la percepción de un corresponsal que seguía el recorrido que el delegado del gobierno en el Partido Judicial de Barbastro realizó visitando los pueblos afectados por el pedrisco, según parece debía ser una persona que conocía perfectamente Radiquero pues nombra a varios vecinos de forma coloquial; lo más seguro es que fuera una persona cercana a la familia Ayerbe, dado los fuertes lazos de esta familia con el poder político en la provincia y la buena relación con la dirección del periódico. Es sorprendente que el diario provincial publique noticias relativas a las fiestas de Radiquero, ya que de los demás pueblos, exceptuando los de mayor población, no hace referencia alguna. Sí que es cierto que en, al menos, en un par de ocasiones se relatan las romerías a la Virgen de Dulcis, una en la década de los 10 del siglo XX y la siguiente refiere a la reanudación de la romería una vez concluida la Guerra Civil de 1936-1939.

Las noticias que se recogen en el citado periódico sobre Radiquero en las primeras décadas del siglo XX no son muy abundantes, a pesar de ello hay dos temas que se significan recurrentemente: la asignación y nombramiento de maestros de escuela para niños y niñas – pudiendo completar una buena relación de las personas que ejercitaron el profesorado-, y la expropiación de tierras para la construcción de la carretera de Naval hasta el puente de Lascellas. Asimismo, existen otro tipo de noticias que evocan escenas costumbristas de la labor tradicional, el cultivo del cereal, la vendimia o la época de la recolección de las olivas y almendras; relacionado con esto, en ocasiones el ayuntamiento solicitaba angustiosamente a la Diputación Provincial que se le relajase la tributación a pagar, dado que los rigores climatológicos hacían mella en los humildes bolsillos de los raiqueranos. Por supuesto hay otras noticias que nos hablan de Radiquero, de manera escueta eso sí, desde el punto de vista político y de funcionamiento del consistorio: como son las elecciones o el nombramiento de personal administrativo, como el secretario, el cartero o el guardia municipal por parte de las instituciones superiores provinciales.

Paso ahora a transcribir el recuerdo que Hermenegildo Marzuelo tuvo de las fiestas celebradas en ese agosto de 1909, en las cuales veréis como algunas costumbres todavía persisten hoy en día:

RADIQUERO

“Los días 16, 17 y 18 del corriente celebró este pueblo las fiestas en honor a San Roque con grandes festejos religiosos y profanos.
Las religiosas, que se celebraron con gran esplendor, consistieron en misas de eterne, procesiones, sermones, etc, etc. En la misa del primer día ofició el digno párroco del pueblo D. Manuel Orduña, asistiéndole de diácono y subdiácono respectivamente el licenciado Don Manuel Urbán, catedrático del Seminario de Huesca y Don Segundo Sauras, párroco de San Pelegrín. El panegírico del santo estuvo a cargo de un padre misionero, quien cumplió su cometido con agrado del auditorio.

El programa organizado por los mozos resultó por demás animado y brillante. Una colectividad de casados, gente de buen humor, organizó un bonito programa que resultó a las mil maravillas. Dieron principio al mencionado programa con un alegre pasacalles; acto seguido se verificó un gran baile en casa de Don Paulino Campo. Allí vimos deslumbrantes de hermosura las distinguidas señoras Doña Petra Viñuales de Villaroya (de Zaragoza), Doña María Palacio de Carruesco (de Alquézar), Doña Joaquina Larrosa de Marzuelo, Doña Alfonsa Javierre de Sampietro, a las agraciadas señoritas Leonor Campo, Trinidad Marzuelo, Rosa Ayerbe, Pía Mata, María Palacio, Josefa Fajó, Inocencia Sesé, Esperanza Cuello, Luisa Palacín y muchas otras que no recordamos en este momento; el sexo fuerte (en esta época era habitual referirse de esta manera a los hombres, también como sexo feo; y a las mujeres como sexo débil o grácil o bello), estaba representado por los señores Don Manuel Villaroya Ortega (el médico), su hermano Don Antonio, Don Tomás Carruesco, Don Estanislao Campo y por los organizadores de la fiesta Don Joaquín Carruesco, Don Ramón Marzuelo, Don Antonio Sampietro, Don Antonio Marzuelo, Don Benito Albajar, Don Nunilo Mata, Don Mariano Sampietro y el que escribe estas líneas, todos propietarios de este vecindario (estamos en la época del turnismo político, entre conservadores y liberales, en la cual únicamente podían votar y formar parte de la vida política de la nación aquellos que tenían una determinada renta, sorprende la ausencia de nombres importantes especialmente el de Benito Ayerbe, el mayor propietario, pero seguramente él no se encargaba de estos menesteres, al menos ese año).

Al día siguiente se celebró una misa solemne costeada por estos señores, durante la cual el terceto de Ontiñena, compuesto por Don Isidro Cambra, Don Simón Cambra y Don Ramón Bailac, interpretó escogidas piezas de su repertorio; después se organizó la cogida de tortas. A este efecto idearon una carroza que fue ocupada por los prohombres de la fiesta, la cual fue desfilando por las calles y plazas para que la admiraran. Por la noche se reunieron en fraternal “banquete”, todos los casados y después de apurar todo lo apurable, salieron a dar una retreta (de murga y juergaza, – esto es textual-.)

¡Bien por los de Radiquero, Bien!

Hermenegildo Marzuelo, Radiquero, 23 de agosto.” 

Ahora a continuación expondremos las impresiones que el corresponsal del Diario de Huesca en aquel verano de 1924 tuvo de la fiesta. Crónica que comenzó aludiendo a dos difíciles y duros años de sequía disminuyendo las cosechas de manera dramática. Si ya ahora las situaciones son complejas, imaginémonos como serían en aquella dura época:

“De Radiquero:
A pesar de este cielo tan inclemente que después de dos años de pertinaz sequía, mermándonos los ya escasos frutos que, a fuerzas de sudores y fatigas y después de una asoladora pedreada que descargó el 28 del mes pasado, que nos dejó consternados, este pueblo, siempre hospitalario y queriendo devolver las atenciones y convites de sus parientes y comarcanos, ha olvidado sus tristezas para rendir tributo a su patrono y obsequiar a sus huéspedes cual se merecen.
En lo religioso, procesión por las principales calles; luego misa solemne oficiando nuestro celoso y querido párroco Don Julián Altemir; el panegírico del patrono San Roque estuvo a cargo del ya célebre orador Don José Torres, cura de Alberuela de Laliena, quien cantó primorosamente el amor al prójimo, como lo hizo tan glorioso santo socorriendo necesitados, asistiendo enfermos y renunciando las riquezas y placeres. Últimamente entonó un canto a la niñez, excitando a las autoridades, padres y maestro a que educasen a la infancia y a la juventud. (San Roque, como San Saturnino “Santo Tornil” o San Sebastián y San Fabián, es un santo venerado por su protección contra las enfermedades, especialmente las epidémicas como la peste, la gripe y el cólera. Santa Águeda protectora de la salud de las mujeres, especialmente como abogada contra el cáncer de mama y las enfermedades en los pechos; en adición a esta circunstancia, en las zonas del norte de la península donde el papel de la mujer, aunque escaso, era mayor que en el sur pasó a configurarse como el día de gobierno de las mujeres).

El segundo día, y costeado por la familia de Don Benito Ayerbe (padre de Salvador y Rosario), volvió el mismo orador a explicar la excelsitud de la Virgen María,
Madre del Divino Redentor del mundo, cautivando por completo los corazones que no se cansaban de oírle.
El sexo bello ha estado bien representado, pues además de las lindas chicas del pueblo María Marzuelo, Antonia Simeón, Emilia Marzuelo, Ascensión Romeo, Laura Marzuelo, María y Vicenta Bentué, entre otras, hemos tenido el gusto de ver entre nosotros a las simpáticas y bellas jóvenes de Bierge, Pilar Oña Batalla y Basilisa Foncillas, de Ponzano, Pilar Urraca, de Alquézar, Josefa Ayerbe, y de todos los pueblos convecinos que no narramos por no incluir en omisión.
El sexo fuerte estuvo bien representado viendo entre nosotros antiguos conocidos de todos estos pueblos. La gente joven entre ellos los siguientes: José María y Luciano Bentué, Joaquín Ayerbe, Mariano Sampietro, Sebastián y José Mata, Joaquín Lascorz, José Nasarre, Ramón Batalla y Damián Campo, que pocas veces les falta el humor, han cumplido su cometido como se estuviéramos en buen año, y gracias a su jovialidad han elevado el espíritu a la gente que cuida del abasto de casa.

Ha habido rondallas, fuertes bailes, juegos y alegría completas.” 

Bien, como veis en las crónicas faltan una serie de datos que se escapan, referencias más costumbristas y que ahora nos son mucho más familiares. En la primera
crónica se echa a faltar el Pregón y la Ronda, por supuesto. Aunque teniendo en cuenta el lenguaje de la época ese “pasacalles” puede ser que se refiriera al pregón, y cuando se hiciera alusión a la carroza posiblemente coincidiera con la ronda que de calle en calle iba cantando a los miembros de las casas. En segundo lugar, faltan los actos de los más jóvenes, se supone que estos serían los de ir a cantar, alargar el baile, jugar a las cartas, ir de bodegas y, por supuesto, jugar a pilota (léase frontón). Vamos, un poco más o menos como ahora.
En cambio, en la segunda noticia al final sí se hace referencia muy brevemente a la rondalla, al baile y a los juegos, tradiciones mucho más reconocibles en nuestros tiempos. Desafortunadamente no inciden en como se desarrollaban este tipo de eventos, el estilo de música, los bailes más populares, cuando se realizaban las rondallas… es normal que en esta época se incidiera en los aspectos religiosos, puesto que los profanos solían ser los típicos de todas las poblaciones.
Ciertamente los tiempos han cambiado, las costumbres sociales también (afortunadamente, en muchos casos), pero lo que no ha cambiado es la misma ilusión y
ganas con las que cada año esperamos las fiestas.

Espero que os haya gustado, un saludo a todos.

Ángel Nasarre

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