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El juego a frontón en Radiquero

Por Elena Pardinilla Bentué. Nota de la autora: Este trabajo ha sido posible gracias a las grabaciones y textos escritos, de puño y letra, por hombres de Radiquero que se criaron aquí y que durante años jugaron al frontón con la mano.

DÍAS DE JUEGO A FRONTÓN EN RADIQUERO

“En Raiquero siempre se ha jugado muchísimo a pilota en el frontón, pero antes era a pelota-mano. Los días de fiesta iba todo el mundo a misa y en cuanto salían ya estaba el partido en marcha. Ese era el partido más importante del día y acudía muchisma gente alrededor de la plaza para ver quién ganaba. Luego ya se jugaba hasta el final de la tarde”.

LA PELOTA

“Se las fabricaban ellos mismos. Duraban mucho pero se rompían y se hacían otras. Cogían un neumático viejo de bicicleta que era elástico, no como la goma que hacen ahora que no se quiere estirar y parece plástico. Cortaban la cámara a tiras largas y estrechas, se iba enrollando bien prieta y con eso se hacía un boler. Había que graduarlo para que no botara ni mucho ni poco. Un poco a ojo. Porque si ponías demasiada goma en el bolo pesaba demasiado, botaba mucho y brincaba por encima de la cabeza y era demasiado dura para la mano. Y si ponías poca goma botaba poco y tenías que agacharte para devolverlas. Y así se jugaba mal. Luego ya lo envolvían en hilo de lana de oveja hilado y cardado por las mujeres de casa, del que hacían los calcetines y jerséis, hasta el tamaño adecuado, un poco más pequeño que un puño. Luego, con una aguja de lana, se cosía atravesando la bola y sujetando bien todo ese ovillo. Después había que forrarlas con piel. Lo normal era con piel de zapatos. Era piel muy suave y consistente y duraba algo. O con piel de botico de poner aceite, que era suave y dura, porque los boticos los hacían con una piel de choto. El choto era un cabrito que habían capado de pequeño y después se hacía muy grande y gordo y con una carne riquísima para las comilonas. Pero decían que la mejor era la piel de gato. Para forrarlas había que tener algo de cuidado con la costura para que no quedase ninguna arruga. Los puntos había que darlos de adentro hacia afuera para que la costura quedase bien lisa y que no se notase casi, porque si la pelota era basta se ficaba mucho en la mano al devolverla y además que hacía a saber de mal y se hinchaba mucho la mano. Cada uno se las hacía lo mejor que sabía. Duraban hasta que se iban haciendo agujeros en la piel”.

LA INDUMENTARIA

“Se jugaba sin ningún tipo de protección en la mano y por eso se les iba hinchando como un zapo. Muchas veces solían ponerla ancha en el suelo para que otro jugador derecho la pisara con un pie encima un rato para bajar la hinchazón. El calzado de jugar eran alpargatas blancas de suela de cáñamo atadas al tobillo con unas tiras de medio metro enrolladas. Las hacían en casa el Alpargatero de Alquezra para toda la redolada. Eso no resbalaba. La ropa era con la que habían ido a misa de mañana de domingo, porque el partido era a continuación. Lo jugaban los mejores jugadores del lugar. Se jugaban 3 a 3 y ya no paraba el frontón en toda la tarde. Acudían a veces a jugar los de Abargüela, los de Adahuesca… y los de Raiquero iban menos fuera. A todos les gustaba mucho jugar en Raiquero porque era un frontón muy bueno y una plaza amplia. En Alquezra lo hicieron nuevo de piedra hace unos años, pero el anterior no, y la plaza más pequeña que la nuestra. Esos no venían a jugar aquí. Lo malo de la plaza nuestra era que no había asfalto, era de tierra prieta y a veces botaba mal en alguna piedreta o agujero”.

EL PARTIDO, LOS SAQUES Y LOS TANTOS

“Se jugaban 3 partidas de 18 tantos. El equipo que sacaba primero se decidía con una moneda o alguna vez se armaba un zapatiestos porque todos querían jugar los primeros. Empezaba sacando el jugador que el equipo creía que tenía mejor saque y de dónde a él le venía bien. Un mozo muy fuerte y con muy buen saque era Gabriel de Mediano. Él le daba semejante bote en el frontón que el rebote casi llegaba a la iglesia. Sacaban de sobaquillo. Botaban la pelota y le daban de abajo arriba, por debajo y no por encima. Había varias maneras de darle a la pelota: chapada, sobaquillo, machete y volea. VER TIPOS DE GOLPES

 

 

Al sacar tenías que hacer el tanto tú. Si sacabas tú y el otro perdía, era tanto tuyo. Y si sacabas tú y la perdías pasaba a sacar el otro. Luego, ya según como venía la pelota, se le daba con la palma o el talón de la mano abierta o cerrada, en el aire antes de botar o al primer bote”. Un hombre voluntario cantaba cada tanto y lo marcaba con una piedreta en una pared. Hacía una ralla larga y le iba dibujando púas. Antonio Sampietro se acuerda de que al maestro le gustaba mucho ponerse de rallador (el que llevaba la contabilidad de los tantos). También lo hacía mucho el señor Gabino de Puzo. Y algunas veces Angeles de Piquero y María Teresa , su hermana, porque vivían en la plaza. Se cantaba Entrada 12, Salida 7. Se hacían los partidos a 18 tantos. Y cuando llegaban a la penúltima decían: 17 y vino en cántaro. Y en la última: 17 y no rallo, y ya no hacía ralla porque ya habían ganado. La pelota era buena si se devolvía al primer bote. El segundo nunca valía. O si pegaba por encima de la ralla del frontón. Y también tenía que caer dentro de la plaza, ni en las paredes de las casa ni en la era de Arroca. Ganaba el que primero llegaba a 18 tantos, aunque estuvieran empatados 17 a 17. Esa era la emoción. El último tanto era el que valía. No se apostaban nada por ganar pero siempre corría algún porrón de vino. Recordaba Antonio Bernad que él jugaba desde los 12 o 13 años y una vez se jugaron un cántaro de vino entre los de la calle La Iglesia y os de os Porches: “…y me acuerdo que íbamos de 3-2 y de la segunda iban de 15 ó 16, y nosotros nada. Y Gabino se sienta derrotado y yo les animé: ¡Venga, ostia, arriba! Que hasta que no nos ganen de todo aún no se sabe”. Había mucha afición de jugar y pasar el rato mirando y discutiendo si había pegado buena y dónde había botado. Y si saltaba por encima del frontón a buscarla por los sembrados, huertos y tejados. Y discusión de alguna jugada, como en el guiñote, para dar ambiente al juego.

Testimonios de Gabriel Lacambra (gentileza de Félix Rivas):

 

EL CAMPO DE JUEGO

En el suelo no había nada y en la pared lateral, si pegaba, era una excusa para darle con picardía un rebote en el rincón. Siempre ha existido esa pared. El frontón o trinquete se hizo de piedra picada. El picapedrero fue Mariano Bentué de casa Piquero. Costó 21 duros y se levantó en el año 1911, como recuerda la fecha grabada en la piedra que corona el frontón, y hace unos años se recreció. Mariano era muy buen picapedrero y también hizo la cruceta de la placeta de la iglesia y la de la plaza de San Pelegrín. Un tiempo después de la Guerra hubo un murete que hacía de banco entre la era y la plaza que enmarcaba el campo de juego. Antes hubo una línea de piedras o un muro.

LOS JUGADORES

“Se colocaban según su estrategia y picardía. Solía ponerse uno delante y dos más atrás. Si había uno zurdo lo ponían a la izquierda. Había peleas a ver quién llegaba antes el frontón para empezar a jugar. Pero el primer partido después de misa era de los mozos más fuertes y mejores jugadores: Gabriel Lacambra, Agustín de Cazcarra, el hijo del maestro que era zurdo. Años antes el piquero y el herrero, Vidal de Adahuesca… Luego ya iban jugando los demás mozos y hombres y los zagales. También al salir de la escuela. Las mozas no jugaban nunca, solo los mozos”.

LAS MUJERES

“Las mujeres y las mozas al salir de misa iban a casa a hacer la comida y ayudar. Poco deporte hacían ellas, solo con las bandas de críos que parían ya casi tenían bastante, porque la que menos tenía 6 u 8 y con poco pan para hartarlos. Juguetes no había ninguno. Para entretenerlos les hacían una pelota con un ovillo de los mismos de hacer calceta y a correr. Y una lateta con una cuerdeta arrastro”.

EL DEPORTE

“Los mejores años de afición fueron después de la Guerra porque había mucha gente para todo: para jugar a guiñote, hacer rondas… La raqueta se fue metiendo en los años 70 y se dejó de jugar a mano. Se ha ido perdiendo a medida que ha ido desapareciendo la juventud. Pero en Radiquero siempre se ha jugado. Para las fiestas se hacía campeonato a mano, y antiguamente también se jugaba a Tiro de barra y carreras pedestres para las fiestas. Eso de los balones de fútbol y los deportes que tanto se nombran ahora, no se decía nada. Ahora les da por correr por los caminos, o por lo menos caminan buenas distancias. Dicen que pa que no se engorden tanto. O subir colgados con ramales por las peñas arriba. Con lo fácil que puede ser que se les suelte algún clavo de esos que clavan con un martiller por as glenchas. Pero en eso no piensan. Y si van por los barrancos y los ríos le llaman hacer barranquismo. Con esas monsergas nos hemos muerto de risa. Nosotros hacíamos el ejercicio y el deporte labrando con los bueyes, arrancando carrasquizos y barzas con la jada estrecha, y zaborros con la pica y el barrón para hacer pared de piedra seca. Pero así se criaba menos sebo en los riñones y menos tripa. Ni colesterol, que es el mal que ahora esta tan de moda. Y las depresiones y las alergias y ese mal que no quieren comer nada para no engordarse. Antes no había ninguno, nunca se había oído sentir”.

Frontón de Radiquero

Frontón de Radiquero

INFORMANTES Y FUENTES UTILIZADAS:

JOAQUIN PARDINILLA NASARRE, de casa Valeta. Nacido en Radiquero el año 1931. – Entrevista grabada el 8 de septiembre de 2004 por Félix Rivas. – Memorias escritas por Joaquín con 72 años. ANTONIO BERNAD COSCULLUELA – Entrevista grabada el 8 de febrero de 2013 por Pablo Calahorra. Con 94 años. ANTONIO SAMPIETRO SIMEON. – Entrevista grabada en agosto de 2021 por Elena Pardinilla. Con 73 años.

2 Comentarios

  1. Antonio Berges

    Enhorabuena por el trabajo realizado. He revivido los veranos de mi infancia.

    Responder
  2. Nuri Gené Galmes

    Un trabajo espectacular! Mi más sincera enhorabuena.
    El recuerdo que tengo, de más de 55 años atrás, es a “Mediano” que se envolvía los dedos, uno a uno, con esparadrapo blanco para darle más fuete a aquella “pilota” compacta que no votaba…

    Responder

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