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Acordanzas de las fiestas de Radiquero

Por Elena Pardinilla Bentué. Este trabajo se ha elaborado a partir de los textos y grabaciones realizadas a diferentes personas que nacieron, vivieron y bailaron en muchas fiestas de Radiquero a lo largo de todo el siglo XX.

TOCA PREPARARSE ANTES DE QUE LLEGUE LA FIESTA

“Cuando se acercaba la fiesta se formaba mucho rebullicio. Como el albañil tenía que blanquear en todas las casas del lugar, había que avisarlo con muchos días, porque se blanqueaba toda la casa con cal. Ninguna mujer quería que le tocase los últimos días porque no tendría tiempo de limpiar todo.

Lo mejor era poner la cal a remojo y blanquearlo tú para no reñir. Pero para hacer las brochas con pelo de los bueis no vale, que se retuerce para arriba cuando se moja. Tiene que ser de cola de las mulas y los burros.

Y lo mismo pasaba con el colchonero de Adahuesca, que le hacían parar colchones por todas las casas y como no podía llegar a todas las que lo querían no había más que riñas”.

¡QUE EMPIECE LA FIESTA!

“El víspera de fiesta un hombre iba a echar tierra por las calles para mirar de igualarlas un poco, pues estaban espiazadas de agua por las tronadas de todo el año.

Imagina para agosto, las casas llenas de gente sin nevera, sin retretes y sin desagües y algunas aun sin corral. La carne la guardaban en el guardacarnes de la bodega. Y las bebidas en un corbillo dentro de un pozo. Si al porrón le cosían un trapo algo recio alrededor y lo mojaban con agua  caliente y lo colgaban en un clavo donde pasase el aire, se ponía el vino como una rosa de fresco.”

* La canalización de agua potable del Figueral se hizo en los años 50.

¡MADRE SANTISMA, CUÁNTA GENTE EN ESTA CASA!

“Entonces se iba mucho a las fiestas. Pero solo podías ir si te habían invitado. Si antes no te invitaban no podías ir, ni tú les podías invitar a la fiesta tuya. Para eso eran muy delicados.

Se estaban toda la fiesta, los tres días, comiendo y durmiendo. Y claro, entre la casa llena de forasteros, la cocina, los animales, las camas y la escoba, las mujeres tenían locuras de trabajo y se buscaban una cocinera, ¡que ya se ganaba el crostón, ya!

Y la víspera no se hacía pregón como ahora. Solo era el día de preparar. Llegaban ya los músicos y hacían un pasacalles por las calles.”

PRIMER DÍA DE FIESTA: EL 15 DE AGOSTO A VIRGEN

“El día 15, que es la Virgen de agosto como se suele decir, ya es el primer día de la fiesta.

Antes de la Guerra, lo primero que se hacía era un pasacalles por todo el pueblo con los músicos tocando rondalla. Lo hacían todas las mañanas bien pronto. Después se almorzaba y se iban a tocar a misa. Se hacía la misa y en la procesión salían cuatro peainas: San Roque, el Corazón de María, la Virgen del Rosario y el Niño Jesús.  Y las mairalesas detrás con peineta. Eran siempre dos, una casada y una soltera.

Y el mismo recorrido que ahora; bajar por casa Mediano y subir por casa Lorente. Mientras tanto bandeaban las campanas.

La cortesía con la bandera la hacían al entrar la procesión a la iglesia. Y era buen trozo más grande que la de la ahora. Que cuando la guerra la rompieron y se la repartieron a trozos para hacer colchas para la cama. La que hay ahora es más pequeña.

Los músicos no eran joteros. Solo venía un violinista y una guitarra. Dos ó tres músicos que iban comiendo por las casas.

Después de la Guerra, subieron 24 años los músicos de Estadilla, la orquesta Columbia que ya eran amigos.  Tocaban  en la misa y pasaba a ofrecer solo el Ayuntamiento. Salía la procesión con San Roque. Las mairalesas lo habían puesto bien majo con muchas uvas colgadas alrededor del santo, que las habían subido de Barbastro.

Por la tarde del primer día se hacía baile.”

SEGUNDO DIA DE LA FIESTA: SAN ROQUE

“El segundo día es San Roque, el día grande. Hacían pronto el pasacalles, misa cantada y a recoger por las casas.

El segundo día es el día de los mozos. En la misa solo pasaban a ofrecer los mozos del gasto. Primero el mayoral y detrás los demás. Era el día que mozas y mozos, que estrenaban vestidos y trajes.

Allí sí que se contaban bien los mozos que había en el gasto: 25, 28, 30 ó más, según los años. Los mozos entraban en gasto cuando cumplían 15 años.  Y es que la fiesta la pagaban solo los mozos a escote. Que a los zagales a los 15 años les cobraban medio gasto y después gasto entero a como saliese. Cuantos más mozos de gasto había, más barato salía.

Los mozos contrataban a los músicos para los tres días de la fiesta y se los repartían para darles de comer, pero de esas trazas. En las casas que había solo un mozo aún, pero en las casas que habían dos ó tres, que entonces era muy normal, salían escrismáus. Pero los músicos se tenían que quedar los tres días si eran invitados. No era obligación de los mozos cogerlos.

Para hacerlos dormir miraban que estuviesen siempre en la misma casa, para no cambiar todos los días de ropa y de trastes.

Las mozas no pagaban nunca nada.

A los mozos que llevaban la peaina, después de misa, las mairalesas les daban un buen trozo de tortada clavada en un tocho y con un ramito de artemisa. Esos mozos tenían que llevarlo toda la tarde clavado en el ojal de la solapa de la chaqueta. Y esos trozos de tortadas de bizcocho, añadiéndoles alguna coseta más, se los comían entre todos los mozos en el café. En casa Marzuelo o en casa Roque. Y como los ahogaban con buenos empollerizos de anís de casa, la mayor parte de las veces salían muy calientes. Eso a los dieciséis mozos de las peainas y los tres de la bandera. Los tres mozos que sacaban la bandera en la procesión para hacerle la cortesía a San Roque eran los más matones.

También se volvían a sacar las cuatro peainas en el Corpus junto con el Santísimo. Y  los que  sacaban la bandera  y las peainas se llevaban también su torta y el ramito.

Los curas ese día de San Roque hacían misa de pontifical y traían de fuera un predicador que hacía unos sermones que te hacían llorar de majos. Uno nos dijo que a San Roque lo conoce todo el mundo, que hasta las ranas dicen Roooooque, Rooooque, Roooooque.

 Al salir de misa y en la plaza se le cantaba al alcalde. A continuación a rondarles y cantarles jotas bien majas a todas las mozas del lugar y forasteras. Por suerte, esta preciosa costumbre aún se conserva y ojalá sea por muchos años.

Cuando iban a tocar por todas las casas con el cantador, las mairalesas iban muy elegantes con sus acompañantes, los mayorales. Cantaban rondando en todas las casas acompañados por las mairalesas. También llevaban una caballería para ir cogiendo por las casas. Detrás iba la servilla, como hacen ahora.

Un año fue muy majo porque las mairalesas eran dos teresas: Teresa de casa Lascorz y María Teresa de casa Isidoro. Se hicieron trajes iguales de una tela azul como de seda o gasa. Entre guapas que eran y elegantes que iban, causaron sensación.

Las mozas también se juntaban a hacerse  sus chocolatadas.

Entonces se iba a bailar por la tarde. Se bailó muchos años en la era Marzuelo hasta que se hacía de noche. Algún año también se bailó en la era Isidoro.”

TERCER DÍA DE LA FIESTA

“El tercer día era el día fúnebre. También se hacía rondalla por la mañana y a misa. Al mediodía, antes de comer, se subía a hacer una reunión de baile a la era del Abogaú en la sombra del litonero. Era un árbol gigantesco y se fue muriendo por si solo en los años 45 al 50. Y por la tarde a bailar a la era Isidoro.”

* El baile se empezó a hacer en la plaza en los años 40, pero el suelo era de tierra. Se encementó unos años más tarde y a la vez se construyó un pequeño escenario en la pared trasera de la iglesia.

EL BAILE

“En los bailes de fiesta, igual que en los de otoño, había leyes muy rigurosas. Las mozas forasteras que había en el pueblo no podían ir al baile de ninguna manera si no iba a buscarles algún mozo a casa.

Después y ya en el baile, igual las del pueblo que las de afuera, se esperaban derechas, enganchadas del brazo y arrimadas a la pared.  Y las que tenían más suerte y sitio esperaban sentadas. Pero no podían bailar nada si no las iba a sacar algún mozo. Y si las ibas a sacar, ellas no podían decir que no. No podían dar calabazas, como tampoco cambiar de bailador, dejar aquel y coger otro. A eso le llamaban “dejarlo plantado”. Y si hacían una chanza de esas las castigaban tremendamente y les hacían la vida imposible.”

Recuerda Joaquina Madonar que “cuando era joven y estaba el bar en su casa, el bar de Roque, en el descanso de la orquesta iba ella y sus hermanos corriendo a casa. Tenían un pozo detrás, que aún está, siempre con el agua muy fresca, y ponían un corbillo lleno de botellines del bar con una carrucha para subirlo. Unos hermanos servían en la plaza, otros abajo sacaban botellines del pozo, otros recogían… Terminaban y pitando a bailar otra vez.”

COMIDA DE FIESTA

“Para guisar ponían buena troncada y buena brasada en el suelo del fogaril y allí trabajaban las mujeres amorradas a las brasas, que se escurrían de calor, y las piernas llenas de crabas y quemadas como los cremallos. Pero eso sí, el cordero ya estaba bien gordo y bien preparado desde hacía tiempo. Y también los pollos que se habían criado en la era alrededor de las palladas. Y algún capón.

Pero casi lo más importante eran buenas fuentes de garbanzos del Sauco, con buenos cuadros de tempano de tocino bien recios, que eso quería decir que el tocino iba a ser bueno.

La campana más grande que había en la torre, le llamaban la Garbancera, porque solo la tocaban los días que se comía garbanzos como para la fiesta, el Corpus, Pascua…

El primer día se comía cocido de garbanzos y carne de cordero, y de postre melocotón con vino. El segundo día paella y carne. El tercer día macarrones y carne.

En muchas casas había cocinera porque para la fiesta venía mucha gente a cada casa y se quedaban todos los días. En casa Piquero se juntaban muchos años 20 personas.”

INFORMANTES Y FUENTES UTILIZADAS

ANGELES BENTUÉ LASCORZ. Nacida en 1912. Entrevista grabada en Radiquero por Ignacio Pardinilla, 1993.

JOAQUINA MADONAR NASARRE, 91 años. Entrevista grabada en Aínsa por Elena Pardinilla, 2021.

JOAQUÍN PARDINILLA NASARRE. Nacido en 1931. Memorias escritas por él con 72 años.

PILAR MATA SALAS, 92 años. Entrevista grabada en Radiquero por Elena Pardinilla, 2021.

JOAQUINA SAMPIETRO SIMEÓN, 87 años. Entrevista grabada en Radiquero por Elena Pardinilla, 2021.

 

1 Comentario

  1. Tere Sampietro

    Me ha encantado el relato. Muchas cosas las desconocía completamente. Muchas gracias por compartirlo. Son parte de nuestra cultura y raíces.

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