Por la ruta de las pasarelas de Alquézar

RUTA  A PIE

Paseando sobre el agua

A muy poca distancia de Radiquero, de hecho en el mismo municipio, discurre esta ruta por el último tramo del Cañón del Río Vero, una espectacular combinación de agua y roca en caos naturales únicos. Descubre como se las ha ingeniado el hombre para aprovechar la fuerza del agua en el río.

Esta ruta tiene un coste* de 3 € ó 4 €, dependiendo de si se compra desde su web (pasarelasdealquezar.com) o si se adquiere en la máquina expendedora ubicada en el Ayuntamiento. Un precio muy económico en comparación con las satisfacciones que nos va a dar andar por ella.

*Si estás empadronado en el municipio de Radiquero, estás exento de pagar estas tasas.

Sistema defensivo del castillo

Jalaf ibn Rasid mandó construir una fortaleza a principios del siglo IX para defenderse de las ofensivas del condado cristiano del Sobrarbe y para proteger el acceso a Barbastro. Esta fortaleza, de la que no quedan restos, acabaría dando nombre a la localidad (al-qásr, la fortaleza, Alquézar). En el año 1067 fue conquistado por el rey cristiano Sancho Ramírez, quién mandó fortificar el antiguo castillo musulmán. En lo alto del cerro aún se pueden contemplar las ruinas de un torreón de planta cuadrangular.
El acceso se logró mediante un sistema de rampas y se protegió con una torre albarrana. Tiene una única puerta elevada, a la que se accedía con una escalera de madera. Lo que parecen almenas, son los restos de los vanos del último cuerpo de la torre; allí se colocaban los cadalsos (baluartes de madera). En los siglos XV y XVI se completó el conjunto con una sucesión de lienzos almenados y con una puerta blasonada. Ya en el siglo XVI se construyó la torre central de la parte alta de la muralla, que fue recrecida en el XVIII y utilizada como esconjuradero.

Central hidroeléctrica

Los pueblos de la ribera del Vero han estado muy vinculados al río a lo largo de la historia. Sus gentes perfeccionaron una serie de construcciones para desviar, almacenar y conducir el agua de ríos y barrancos. Debemos a los árabes las primeras obras hidráulicas en las orillas del Vero, algunas de las cuales aún siguen en uso.

Presa de la central

En la base de la actual obra todavía se aprecian restos del azud preexistente y que permitía retener el agua para ser encauzada hacia un molino harinero o tal vez un batán. A comienzos del siglo XX fue recrecida y aprovechada la antigua construcción, con el fin de almacenar el agua necesaria para mover las turbinas de la pequeña central hidroeléctrico situada aguas abajo.

Más información en pasarelasdealquezar.com

Pin It on Pinterest